Desde tus ojos

 

Reflexiones sobre la objetividad y subjetividad en el periodismo.


Las cuestiones inherentes a la objetividad y subjetividad periodística son reiteradas desde antaño. ¿Cuál es el límite? ¿Se puede ser objetivo? ¿Existe la objetividad? Muchas preguntas y muchas respuestas según los ojos desde donde se lo analice. Los hechos, hechos son pero son los periodistas los que tienen el criterio para convertirlos en noticias no como una duplicación objetiva. Sostener eso es una gran farsa.

Todo el tiempo elegimos, como en la vida misma. Hablar de objetividad es un tema subjetivo. Si, me leyó bien, SUBJETIVO porque cada cosa que hacemos tiene una subjetividad. Porque vivimos eligiendo qué si y qué no. Vivimos discriminando y priorizando y un periodista no está exento de eso. Y es así como a su vez, nos perciben los lectores y esperan que les transmitamos la información con un grado de interpretación extra, de análisis de la noticia, en el que no nos limitemos simplemente a transcribir el hecho. Esto no convierte a la noticia en subjetiva sino que la dota de elementos extra para que el lector pueda formar su opinión. El pensamiento de antaño y tradicionalista en el que la noticia debía ser el espejo de la realidad ha caído en desuso porque con el tiempo, se ha comprendido que la clave no está en la supuesta objetividad periodística y porque en toda nota viaja implícito el punto de vista del periodista.

Siempre hay una construcción de la noticia y como diría Marshall McLuhan, la forma en que lleguemos a adquirir esa información tendrá la capacidad de afectarnos más que la información en sí misma. La experiencia nos influye a la hora de sentarnos a escribir y la bajada de linea del medio también. Todo el tiempo estamos interpretando y resignificando, es decir, transfiriéndole a los hechos nuestra mirada, nuestro sentido y eso cambia de persona a persona porque somos todos distintos. El real tema es no tanto la construcción social de la realidad sino el impacto en la opinión pública, porque somos los sujetos los que creamos a la sociedad y ésta se convierte en una realidad objetiva que a la vez crea a los sujetos y porque sencillamente “la sociedad es un producto humano” como lo expresaron en alguna oportunidad Berger y Luckmann.

En suma, vamos haciendo camino al andar. Aprendemos y aprehendemos de la realidad que nos rodea, asimilamos, codificamos y decodificamos y compartimos construcciones pero cada uno aporta su impronta y conforma su punto de vista individual sobre lo socialmente aceptado.



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